Prevención de fraudes y seguridad documental
Prevención de fraudes
El malware financiero y los ciberataques cada vez se dirigen a objetivos más específicos, siendo realmente difícil prevenirlos. Los bancos y las pasarelas de pago intentan salvaguardar su seguridad con nuevos métodos que combaten los ataques. Sin embargo, los cibercriminales desarrollan constantemente nuevos mecanismos que les permiten sortear las barreras de protección.Las medidas de seguridad tradicionales que incluyen contraseñas de un solo uso, tokens y CVV2 (códigos para tarjetas de crédito) no son suficientes para defendernos frente a las técnicas del cibercrimen, ya que los troyanos actuales son capaces de eludir las tecnologías de seguridad.
Las organizaciones y sus clientes utilizan el canal online para acceder a los sistemas online desde una gran variedad de dispositivos, en los cuales se puede instalar un sinfín de software repletos de vulnerabilidades. Estos puntos flacos se convierten en la puerta de entrada a las cuentas de las víctimas.
De hecho, los costes asociados al robo online se calculan en cientos de millones si tenemos en cuenta las pérdidas económicas directas y los gastos derivados de dichas pérdidas. Según una encuesta realizada por B2B International, el 98% de los participantes usan regularmente su cuenta bancaria online, realizan compras en la Red o utilizan servicios de pago electrónico. Además, el 38% lleva a cabo transacciones financieras a través de sus dispositivos móviles y el 59% están preocupados por el fraude bancario online.
Si lo bancos solo tuviesen que preocuparse de sus propios sistemas, tal vez el número de robos online fuese menor. Lamentablemente, también deben cuidar de los clientes, quienes no instalan los parches y actualizaciones en sus respectivos equipos. No todos los usuarios tienen instalado un software antivirus en su ordenador que los proteja de la mayoría de ataques y, menos aún, cuando hablamos de dispositivos móviles. ¡Es cierto! Los clientes no se preocupan demasiado por su seguridad informática.
Los criminales saben que los clientes son el eslabón más débil en la cadena de la seguridad bancaria online. Por este motivo, es más sencillo para ellos ganar dinero robando las cuentas de los usuarios que atacando directamente a la entidad. En ambos casos, los bancos siempre son los responsables ya que los clientes creen que tienen la obligación de acarrear con los costes derivados de un ataque cibernético.